El día después, el Mercurio
Santiago de Chile – Martes 12 de noviembre de 1996 Un adios inolvidable
por Ramón Mérica, desde Uruguay
Una emocionante velada vivió anoche el Teatro Municipal con la última actuación de Prima Ballerina Estrella.
Afortunadamente, su público estuvo presente y ovacionándola con la gratitud que se merece.
Todo empezó en medio de un silencio expectante. al abrirse las cortinas al decorado de “Rosalinda”, fue imposible no recordar esos días de 1986 en que el Ballet de Santiago y, Sara Nieto, encabezados por Iván Nagy, se tomaron el City Center de Nueva York. la aparición de la primera bailarina en la escalinata fue recibida con aplausos y vítores y de ahí en adelante todo fue in crescendo.
Mientras la artista se cambiaba, un emocionado Juan Carlos Bistotto presentó un vídeo con parte de la vida y trayectoria de Sara al final del cual apareció uno de los artistas invitados, Benito Marcelino, con quien bailó el hermoso vas de deux de “Carmen”, de Hilda Riveros.
Enseguida, la bailarina cubana Alihaydée Carre y Luis Ortigoza entregaron unelectrizante “Diana y Acteón”, para dejar paso a Sara y Tamas Dietrich.en el dúo de “Romeo y Julieta”, de John Cranko, durante cual se escuchó más de un sollozo.
Al finalizar la primera parte el Alcalde de Santiago, Jaime Ravinet, entregó a la Primera Bailarina Estrella la Medalla de Santiago por los “servicios al arte y la cultura que has prestado a nuestro país”.
“La Sylphide” pareció finalizar la noche, pero de inmediato comenzó a entrar al escenario, para saludarla y entregarle flores toda la gente que ha trabajado con sara durante estos dieciséis años, a los integrantes del equipo técnico, de tramoya, vestuario, administración, bailarines, estudiantes, maestros de la escuela de ballet ejecutivos del Teatro Municipal etc. y cuando parecía que ya no podían darle más emociones Coro del Municipal, que dirige Jorge Klastornick, le cantó brindis de “La Traviata”, lo que dejó al público aplaudiendo pie en una ovación tan prolongada como conmovedora.
Ya en su camarín, Sara no olvidó su exquisito sentido del humor y luego de hacer bromas a compañeros y otras personas fueron a saludarla, confesó entre risas que se sentía muy feliz, “especialmente porque mi marido (Luciano Lago) no murió de un infarto. la verdad es que estoy orgullosa de mí misma por no haber llorado… fueron tantas emociones en estos últimos días que cuando comenzó todo estaba como temperada para lo que venía…
Todavía no me doy cuenta que fue mi última vez en el escenario. pero sí puedo decir que me siento contentísima de estar con la cabeza preparada para empezar otras cosas y de tener la certeza que dejé al público con una buena imagen… casi todo fue una sorpresa, las flores de la gente, el coro, el brindis…sobre la medalla de santiago ya sabía y me dio mucha emoción recibirla…pero lo que más me hace feliz es haber sentido ese cariño que este público me ha brindado por tantos años”
Por su parte Iván Nagy director del ballet de santiago confesó estar muy triste y muy contento: “lo primero porque es doloroso divorciarte de tu carrera. pero me siento feliz pues Sara ha entregado una de las mejores actuaciones de su carrera esta noche, dejando el mejor de los recuerdos. Y también estoy feliz de haber estado aquí para verla dejar el escenario en el más alto nivel.
Andrés Rodríguez, director general de la Corporación de Santiago: “ha sido una jornada maravillosa, de esas que se viven sólo en muy contadas ocasiones en la vida un teatro. Sara dio lo mejor de si misma á este país por dieciséis años y ahora la gente le dio lo mejor de sí misma en su última actuación. Uruguayo como Sara, Jorge Klastornick director del coro, dice estar muy emocionado “con una mezcla de alegría y de dolor: pero predomina la alegría al ver que una estrella, como Sara sabe retirarse en su apogeo. Así deja el mejor de los recuerdos para entregarse a una labor tan noble coma la que hizo hasta ahora: la educación ¡es tanto lo que ella puede entregar sus conocimientos y experiencia a Chile y Uruguay!